jueves, 12 de julio de 2012

MITOS Y REALIDADES DE LAS ZONAS TÍPICAS


MITO 1: Cuando mi casa es parte de una Zona Típica no puedo repararla, intervenirla o modificarla.
REALIDAD: Si puede intervenirla y repararla. El único objetivo de la protección patrimonial, es que las intervenciones que se hagan respeten la armonía y estilo de los inmuebles y su entorno, incluyendo el espacio público,  evitando afear nuestra ciudad y su legado.
A la solicitud de permiso en la Dirección de Obras que debe hacer cualquier propietario, se sumará la solicitud de Visto Bueno del Consejo de Monumentos para garantizar una intervención armónica.


 
MITO 2: Los corredores de propiedades dicen que con la declaratoria de Zona Típica los valores de los inmuebles bajaran y nadie estará interesado en comprar.
REALIDAD: En el contexto urbano como Frutillar, las casas patrimoniales, el lago y la actividad Cultural son lo que le dan el valor económico a las propiedades. La declaratoria de Zona típica intenta resguardar esos valores para que en el futuro los nuevos proyectos que se desarrolen se adapten a esta ciudad y evitar que pasen cosas como el lamentable ejemplo del centro comercial desarrollado en Castro.



MITO 3: Si mi casa está en una Zona Típica y quiero venderla, es preferible demolerla porque sé que lo único que vale es el terreno.
REALIDAD: Existen numerosos ejemplos de sitios eriazos que se pusieron en venta tras demolerse sus antiguas y valiosas casonas. Estos sitios han permanecido desocupados por años, sin venderse, convirtiéndose incluso en focos de deterioro para la ciudad y debiendo pagar más contribuciones que un sitio construido.

Por otro lado, cada vez con más frecuencia existen personas interesadas en comprar antiguos inmuebles por sus incomparables valores espaciales y estéticos, o por su alto potencial comercial, especialmente en una ciudad turística como la nuestra.






 
MITO 4: Como vivo en una Zona Típica, debo mostrar mi casa a turistas.
REALIDAD: Sólo si yo lo deseo, puedo abrir las puertas de mi casa para mostrarla a visitantes.

MITO 5: Si mi casa está en una Zona Típica, no puedo cambiar su uso, por ejemplo de residencial a comercial.
REALIDAD: El objetivo principal de la declaratoria es que los inmuebles se conserven en el tiempo, por lo que un cambio de uso puede incluso ser beneficioso. Una casa puede ser usado como vivienda, hotel, restaurant, oficinas, comercio, albergar instituciones públicas, departamentos, etc. Como en cualquier inmueble, el cambio de uso es un trámite que se hace en la Municipalidad.

MITO 6: No existen beneficios ni recursos del Estado para propietarios de inmuebles que están dentro de una zona Típica.
REALIDAD: Existen líneas de financiamiento del Estado como el Fondart o la ley de donaciones culturales,  que por ejemplo, pueden entregar recursos para el mejoramiento de fachadas. Así mismo se está discutiendo la posibilidad de rebajar a la mitad el pago de contribuciones para estos inmuebles.

MITO 7: Mi casa es demasiado vieja, con polillas, goteras, y está desnivelada, ya no es posible repararla.
REALIDAD: Hoy en día existen un sinnúmero de productos y técnicas para eliminar las “polillas”, reparar goteras y nivelar fundaciones en mal estado, a costos accesibles. Toda casa puede ser reparada y mejorada. Sin embargo lo mejor y más barato es la prevención.


MITO 8: En Chile existen muy pocas Zonas Típicas.
REALIDAD: A lo largo de todo Chile, de Arica a Magallanes, existen más de 100 zonas típicas, de los más variados tipos, desde áreas urbanas como en Santiago, Iquique, La Serena, Valparaíso, hasta sectores semi rurales como Caleta Tortel, Lolol, Cobquecura, Puerto Octay, Isla Negra, Canelo y Canelillo, San Pedro de Atacama, Villa de Alhué, Pueblo de Zúñiga, Pichilemu, Tenaún, etc.

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